Semana
santa. Fechas de recogimiento, de comer mariscos y pescados (excepto si eres un carnívoro ateo), de ver refritos bíblicos (o nuevas producciones) de los
relatos de la vida de Jesús… porque todos sabemos que la celebración cristiana
(y eminentemente católica) de Semana Santa es acerca de Jesús, de su muerte
y resurrección un fin de semana similar
en Jerusalén, hace ya casi 2000 años.
Algo que,
por supuesto, todos los cristianos lo dan por un hecho. Que Jesús vivió es un
hecho, y que Jesús fue ajusticiado, muerto y sepultado, y que resucitó de entre
los muertos durante un fin de semana es más que un hecho histórico. Es EL hecho
histórico central del cristianismo. Porque dudar que eso haya ocurrido es
literalmente fatal para el cristianismo, algo que ya el apóstol Pablo notaba
cuando decía que:
“Porque si
no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no
resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y
somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él
resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no
resucitan." (1 Corintios 15:13-15)
Así que, asumir
que todo eso ocurrió es crítico para el cristianismo. Excepto que, hay buenas
razones para dudarlo.
La única
evidencia que se tiene de que Jesús existió, de las cosas que hizo, dijo y le
sucedieron, están únicamente en los 4 evangelios. No hay ninguna otras fuente
de la época que Jesús vivió, que relate estos eventos, ninguna cristiana ni
no-cristiana, sino hasta que Pablo comienza con sus cartas alrededor de 20 años
después de la ejecución de Jesús, y los evangelios aún más tarde. Siendo ese el
caso, lo único que un cristiano puede hacer es, literalmente, creer que lo que
relatan los evangelios es exactamente lo que ocurrió.
Pero eso ya
es problemático, pues como ya escribí en el pasado en el “Desafío a lainerrancia bíblica”, los 4 evangelios se contradicen fatalmente en el relato de
la resurrección de Jesús, con lo que nuestra única evidencia se torna frágil.
Aún si
“asumimos” que Jesús sí resucitó, tal vez pueda ser el caso de que Jesús no era
tan famoso y popular en su propia época para que nadie notara el hecho más allá
de su círculo cercano, o lo considerara digno de ser puesto por escrito. Y no
es que no tengamos escritos de múltiples historiadores romanos de la época,
contemporáneos a Jesús, que misteriosamente omiten mencionarlo. Pero, ¿qué es
UNA persona resucitada en una multitud de millares que estaba en la época de
pascua de Jerusalén? Viva o revivida, podría haber pasado bastante
desapercibida, en especial si sus apariciones post-mortem fueron, en mayor o
menor grado, privadas.
Sin embargo,
como Pablo menciona, una gran preocupación es “si en verdad los muertos no
resucitan”. Porque, al fin y al cabo, la prueba de oro de que la gente sí puede
resucitar es Jesús ¿verdad?
La verdad,
no.
Y aquí es
donde me topé con un excelente artículo reciente (en inglés) en el blog de Neil
Carter “Godless in Dixie” titulado “La más grande historia nunca contada”, la cual comenta en un interesante pasaje del evangelio de Mateo, famoso,
pero flagrantemente ignorado por todos… en especial por los propios cristianos.
Las implicancias de este pasaje, y su omisión, son fantásticamente analizadas
por el autor de esa publicación, y para no repetir lo que él dice,
definitivamente vale la pena leerlo (y si no leen inglés, usen GoogleTranslate…).
Sin
embargo, creo que hay algo digno de mencionar, no dicho en forma explícita en
ese artículo. Para contexualizar, el pasaje de la discordia está en el capítulo27 de Mateo:
45 Y desde
la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
46 Cerca de
la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani?
Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
47 Algunos
de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.
48 Y al
instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y
poniéndola en una caña, le dio a beber.
49 Pero los
otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.
50 Mas
Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
51 Y he
aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló,
y las rocas se partieron;
Supongo que
no estoy diciendo nada nuevo… ¿quién no ha escuchado hablar desde los púlpitos
este relato? O directamente ¿quién no lo ha visto en las producciones
cinematográficas? El súbito oscurecimiento del día, el velo del templo rasgado,
o un terremoto en el instante en que Jesús muere. Casi nadie que haya estado
expuesto al cristianismo puede negar haber visto u oído de tales hechos más de
una vez. Pero lo interesante es lo que viene EXACTAMENTE en los siguientes
versículos, del 52 en adelante.
51 Y he
aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló,
y las rocas se partieron;
52 y se
abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se
levantaron;
53 y
saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la
santa ciudad, y aparecieron a muchos.
54 El
centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y
las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron:
Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
Si uno lee
los versículos 52 y 53, uno puede ver que estos versículos son casi siempre
omitidos, escondidos o simplemente ignorados por la cristiandad. ¿Alguien los
menciona? ¿Alguien ha visto alguna superproducción Holliwoodense mostrando una
multitud de zombies-judios saliendo de las tumbas, y deambulando por Jerusalén
por todo un fin de semana? Que yo recuerde, ninguna.
Lo
interesante de esos versículos es una extraña implicancia: la mayor “prueba” de
la resurrección de Jesús es su “tumba vacía”. Este es un hecho que apologistas
actuales muy famosos como William L. Craig estresan hasta el cansancio. Es la
GRAN prueba de que Jesús resucitó. Pero como mencionaba, nadie parece recordar
que Jesús no fue el único en hacerlo, porque:
- Un número indeterminado de tumbas
de “santos” se abrieron ese viernes santo, en el momento (o producto de) el
terremoto, cuando Jesús murió.
- Esos santos resucitaron en ese
instante, volvieron a la vida y se “levantaron”.
- Los santos resucitados salieron de
sus tumbas recién abiertas.
- Estuvieron escondidos o deambulando
fuera de la vista por casi dos días…
- Pero después de la resurrección de
Jesús, el domingo, todos estos santos resucitados, fueron a Jerusalén, y se
aparecieron a muchos
¡A muchos!
Y aquí está
el problema interesante que todo esto plantea: incluso si aceptamos que Jesús
resucitó, pero lo hizo tan privadamente, y él mismo era tan poco conocido que
literalmente NADIE que estuviera fuera del círculo de creyentes se dio por
enterado, y menos notó que fuera interesante para ponerlo en las notas de la
época, tiene el problema que al mismo tiempo muchos muertos de personajes
conocidos en el mundo religioso judío (al punto de ser declarados “santos”) sí
resucitaron, se pasearon por días por Jerusalén, y fueron vistos por mucha
gente…
¿Se
imaginan un evento así hoy? Sin importar cuál fuera la razón del evento, ¿creen
que si una multitud de gente famosa, un Elvis Presley, un John F. Kennedy, un
Juan Pablo Segundo, o personajes famosos ya muertos resucitaran, se pasearan
por las ciudades, y fueran vistos por mucha gente, nadie se le ocurriría
considera eso por sí mismo algo tan asombroso, único y espeluznante como para
mencionarlo en los noticiarios, prensa y registros históricos? ¿Nadie?
Y ese es el
principal problema de este relato, en mi opinión. El que Jesús muriera y
resucitara “anónimamente” puede hasta explicarse porque realmente a los ojos de
los historiadores de la época tal hecho ocurrió sin pena ni gloria. Uno podría
hasta pasar por alto que un eclipse o un terremoto debieran haber sido hechos
dignos de haber sido registrados, pero por último los eclipses y terremotos
pasan de tiempo en tiempo y aunque dramáticos, no son un hecho tal vez tan
fuera de lo usual… pero ¿hordas de muertos famosos resucitados circulando por
las calles, sus tumbas (probablemente conocidas) abiertas y vacías de ellos, y
siendo vistos por todos, es un evento digno de simplemente ignorar?
No. En mi
opinión, es un contrasentido máximo pensar que tal evento, si ocurrió, pudiera
ser ignorado por TODOS, y quedar registrado en ninguna parte no-cristiana. Ese
hecho hubiera sido relatado, recontado, y recordado por generaciones. ¡Hey!
Incluso los mismos cristianos lo hubieran relatado profusamente entre ellos y
en sus escritos. Esta hubiera sido una conversación típica en cualquier rincón
del imperio romano:
- ¿Y cuándo me dijiste que murió ese
tal profeta Jesús?
- Fue el mismo fin de semana cuando
en Jerusalén aparecieron los cientos de santos de Dios resucitados, cuando
todos los vieron ¿lo recuerdas?
- ¡Oh, sí! Mis tíos me contaron de
ese evento. Fue hace ¿8 años atrás verdad?
- Sí, hace 8 años y medio. Y no sólo
eso. Los santos se levantaron de los muertos porque Jesús, hijo de Dios, estaba
muriendo. Como una muestra de que él resucitaría y que nos resucitará también a
nosotros de entre los muertos llegado nuestro momento.
- ¡Oh! Ya veo. Sí, mis tíos me
contaron lo impresionante de ese evento, y como hasta las tropas romanas
estaban en shock cuando todo eso ocurrió. ¿Cómo me dijiste que me puedo
convertir en cristiano…?
Pero,
misteriosamente todos los cristianos, excepto Mateo, curiosamente omiten tal
pasaje. ¿No hubiera sido exactamente lo que Pablo debía mencionar en el pasaje
de 1 Corintios 15, citado al principio de este artículo:
“… si en
verdad los muertos no resucitan… pero como todos sabemos que sí que lo hacen, tal como todos saben que ocurrió el día en que nuestro Señor fue crucificado, nuestro evangelio es verdad”.
Y todos sus lectores hubieran recordado el evento, averiguado
del evento, y no hubiera quedado duda alguna de que Pablo tenía razón. Q.E.D.
Por ello,
¿qué se puede concluir? Simplemente, que la credibilidad, y que decir de la
“historicidad” del relato de Mateo es, si es que no cercano a, directamente
CERO. Es un relato de una imaginación teológicamente inflamada, pero totalmente
falso, nunca ocurrió.
Y si no ocurrió, y está en la "inerrante Biblia"… es otra
poderosa razón por la que no podemos simplemente asumir que todo el resto es
del relato bíblico es cierto.