viernes, abril 03, 2015

Las olvidadas tumbas vacías de semana santa - AKA El ataque del los santos-zombies de Jerusalén

¿Histórico? Fuente: Alberto Montt, Dosis Diarias

Semana santa. Fechas de recogimiento, de comer mariscos y pescados (excepto si eres un carnívoro ateo), de ver refritos bíblicos (o nuevas producciones) de los relatos de la vida de Jesús… porque todos sabemos que la celebración cristiana (y eminentemente católica) de Semana Santa es acerca de Jesús, de su muerte y  resurrección un fin de semana similar en Jerusalén, hace ya casi 2000 años.

Algo que, por supuesto, todos los cristianos lo dan por un hecho. Que Jesús vivió es un hecho, y que Jesús fue ajusticiado, muerto y sepultado, y que resucitó de entre los muertos durante un fin de semana es más que un hecho histórico. Es EL hecho histórico central del cristianismo. Porque dudar que eso haya ocurrido es literalmente fatal para el cristianismo, algo que ya el apóstol Pablo notaba cuando decía que:
“Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan." (1 Corintios 15:13-15)
Así que, asumir que todo eso ocurrió es crítico para el cristianismo. Excepto que, hay buenas razones para dudarlo.

La única evidencia que se tiene de que Jesús existió, de las cosas que hizo, dijo y le sucedieron, están únicamente en los 4 evangelios. No hay ninguna otras fuente de la época que Jesús vivió, que relate estos eventos, ninguna cristiana ni no-cristiana, sino hasta que Pablo comienza con sus cartas alrededor de 20 años después de la ejecución de Jesús, y los evangelios aún más tarde. Siendo ese el caso, lo único que un cristiano puede hacer es, literalmente, creer que lo que relatan los evangelios es exactamente lo que ocurrió.

Pero eso ya es problemático, pues como ya escribí en el pasado en el “Desafío a lainerrancia bíblica”, los 4 evangelios se contradicen fatalmente en el relato de la resurrección de Jesús, con lo que nuestra única evidencia se torna frágil.

Aún si “asumimos” que Jesús sí resucitó, tal vez pueda ser el caso de que Jesús no era tan famoso y popular en su propia época para que nadie notara el hecho más allá de su círculo cercano, o lo considerara digno de ser puesto por escrito. Y no es que no tengamos escritos de múltiples historiadores romanos de la época, contemporáneos a Jesús, que misteriosamente omiten mencionarlo. Pero, ¿qué es UNA persona resucitada en una multitud de millares que estaba en la época de pascua de Jerusalén? Viva o revivida, podría haber pasado bastante desapercibida, en especial si sus apariciones post-mortem fueron, en mayor o menor grado, privadas.

Sin embargo, como Pablo menciona, una gran preocupación es “si en verdad los muertos no resucitan”. Porque, al fin y al cabo, la prueba de oro de que la gente sí puede resucitar es Jesús ¿verdad?

La verdad, no.

Y aquí es donde me topé con un excelente artículo reciente (en inglés) en el blog de Neil Carter “Godless in Dixie” titulado “La más grande historia nunca contada”, la cual comenta en un interesante pasaje del evangelio de Mateo, famoso, pero flagrantemente ignorado por todos… en especial por los propios cristianos. Las implicancias de este pasaje, y su omisión, son fantásticamente analizadas por el autor de esa publicación, y para no repetir lo que él dice, definitivamente vale la pena leerlo (y si no leen inglés, usen GoogleTranslate…).

Sin embargo, creo que hay algo digno de mencionar, no dicho en forma explícita en ese artículo. Para contexualizar, el pasaje de la discordia está en el capítulo27 de Mateo:
45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 
46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 
47 Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. 
48 Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. 
49 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. 
50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. 
51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
Supongo que no estoy diciendo nada nuevo… ¿quién no ha escuchado hablar desde los púlpitos este relato? O directamente ¿quién no lo ha visto en las producciones cinematográficas? El súbito oscurecimiento del día, el velo del templo rasgado, o un terremoto en el instante en que Jesús muere. Casi nadie que haya estado expuesto al cristianismo puede negar haber visto u oído de tales hechos más de una vez. Pero lo interesante es lo que viene EXACTAMENTE en los siguientes versículos, del 52 en adelante.
51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 
53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 
54 El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
Si uno lee los versículos 52 y 53, uno puede ver que estos versículos son casi siempre omitidos, escondidos o simplemente ignorados por la cristiandad. ¿Alguien los menciona? ¿Alguien ha visto alguna superproducción Holliwoodense mostrando una multitud de zombies-judios saliendo de las tumbas, y deambulando por Jerusalén por todo un fin de semana? Que yo recuerde, ninguna.

Lo interesante de esos versículos es una extraña implicancia: la mayor “prueba” de la resurrección de Jesús es su “tumba vacía”. Este es un hecho que apologistas actuales muy famosos como William L. Craig estresan hasta el cansancio. Es la GRAN prueba de que Jesús resucitó. Pero como mencionaba, nadie parece recordar que Jesús no fue el único en hacerlo, porque:
  • Un número indeterminado de tumbas de “santos” se abrieron ese viernes santo, en el momento (o producto de) el terremoto, cuando Jesús murió.
  • Esos santos resucitaron en ese instante, volvieron a la vida y se “levantaron”.
  • Los santos resucitados salieron de sus tumbas recién abiertas.
  • Estuvieron escondidos o deambulando fuera de la vista por casi dos días…
  • Pero después de la resurrección de Jesús, el domingo, todos estos santos resucitados, fueron a Jerusalén, y se aparecieron a muchos
¡A muchos!

Y aquí está el problema interesante que todo esto plantea: incluso si aceptamos que Jesús resucitó, pero lo hizo tan privadamente, y él mismo era tan poco conocido que literalmente NADIE que estuviera fuera del círculo de creyentes se dio por enterado, y menos notó que fuera interesante para ponerlo en las notas de la época, tiene el problema que al mismo tiempo muchos muertos de personajes conocidos en el mundo religioso judío (al punto de ser declarados “santos”) sí resucitaron, se pasearon por días por Jerusalén, y fueron vistos por mucha gente…

¿Se imaginan un evento así hoy? Sin importar cuál fuera la razón del evento, ¿creen que si una multitud de gente famosa, un Elvis Presley, un John F. Kennedy, un Juan Pablo Segundo, o personajes famosos ya muertos resucitaran, se pasearan por las ciudades, y fueran vistos por mucha gente, nadie se le ocurriría considera eso por sí mismo algo tan asombroso, único y espeluznante como para mencionarlo en los noticiarios, prensa y registros históricos? ¿Nadie?

Y ese es el principal problema de este relato, en mi opinión. El que Jesús muriera y resucitara “anónimamente” puede hasta explicarse porque realmente a los ojos de los historiadores de la época tal hecho ocurrió sin pena ni gloria. Uno podría hasta pasar por alto que un eclipse o un terremoto debieran haber sido hechos dignos de haber sido registrados, pero por último los eclipses y terremotos pasan de tiempo en tiempo y aunque dramáticos, no son un hecho tal vez tan fuera de lo usual… pero ¿hordas de muertos famosos resucitados circulando por las calles, sus tumbas (probablemente conocidas) abiertas y vacías de ellos, y siendo vistos por todos, es un evento digno de simplemente ignorar?

No. En mi opinión, es un contrasentido máximo pensar que tal evento, si ocurrió, pudiera ser ignorado por TODOS, y quedar registrado en ninguna parte no-cristiana. Ese hecho hubiera sido relatado, recontado, y recordado por generaciones. ¡Hey! Incluso los mismos cristianos lo hubieran relatado profusamente entre ellos y en sus escritos. Esta hubiera sido una conversación típica en cualquier rincón del imperio romano:
- ¿Y cuándo me dijiste que murió ese tal profeta Jesús? 
- Fue el mismo fin de semana cuando en Jerusalén aparecieron los cientos de santos de Dios resucitados, cuando todos los vieron ¿lo recuerdas? 
- ¡Oh, sí! Mis tíos me contaron de ese evento. Fue hace ¿8 años atrás verdad? 
- Sí, hace 8 años y medio. Y no sólo eso. Los santos se levantaron de los muertos porque Jesús, hijo de Dios, estaba muriendo. Como una muestra de que él resucitaría y que nos resucitará también a nosotros de entre los muertos llegado nuestro momento. 
- ¡Oh! Ya veo. Sí, mis tíos me contaron lo impresionante de ese evento, y como hasta las tropas romanas estaban en shock cuando todo eso ocurrió. ¿Cómo me dijiste que me puedo convertir en cristiano…?
Pero, misteriosamente todos los cristianos, excepto Mateo, curiosamente omiten tal pasaje. ¿No hubiera sido exactamente lo que Pablo debía mencionar en el pasaje de 1 Corintios 15, citado al principio de este artículo:

“… si en verdad los muertos no resucitan… pero como todos sabemos que sí que lo hacen, tal como todos saben que ocurrió el día en que nuestro Señor fue crucificado, nuestro evangelio es verdad”.

Y todos sus lectores hubieran recordado el evento, averiguado del evento, y no hubiera quedado duda alguna de que Pablo tenía razón. Q.E.D.

Por ello, ¿qué se puede concluir? Simplemente, que la credibilidad, y que decir de la “historicidad” del relato de Mateo es, si es que no cercano a, directamente CERO. Es un relato de una imaginación teológicamente inflamada, pero totalmente falso, nunca ocurrió.

Y si no ocurrió, y está en la "inerrante Biblia"… es otra poderosa razón por la que no podemos simplemente asumir que todo el resto es del relato bíblico es cierto.

1 comentario:

Daniel dijo...

Hola Daniel! Desde hace como 3 años que no hacía un comentario en tu blog, más que nada por pereza, debo confesar...es que son tan elaborados y extensos que tendría que dedicarle varias horas a estudiar el tema para que valiera la pena :)

Respecto de este episodio en particular investigué un poquito pues también me extraña que sea tan poco difundido en las argumentaciones y debates de los apologistas, además de omitirse completamente por los predicadores. Esto último sin embargo no es tan raro, creo que hay hartos pasajes de los evangelios que se saltan sistemáticamente, al menos en las misas católicas que son las que conozco. Por supuesto los más omitidos son los que a primera vista son ya sea absurdos, o muy difíciles de creer o de explicar.

Pero los apologistas evangélicos son una raza muy dura (como los que se obsesionan con la cuadratura del círculo) y nada los arredra si los intentas acorralar, así que también este párrafo tiene su anotación en el acervo de respuestas religiosas estandarizadas a las preguntas complicadas:

http://www.gotquestions.org/resurrected-with-Jesus.html

En suma, acá reconocen que el pasaje es más que nada un recurso retórico y una estrategia para reforzar la imagen de poder. Quizás un punto fuerte del argumento es que es cierto que en muchos pasajes de los evangelios se introducen afirmaciones medio fuera de contexto o visiblemente añadidas, cuyo propósito es claramente ligar la vida de Jesús con profecías de la tradición bíblica Judía, como el caso del pasaje de Exequiel que se cita en el artículo que menciono.