- Es inerrante, no contiene errores ni contradicciones.
- Los hombres que la escribieron lo hicieron bajo inspiración divina.
- Su contenido fue escrito por o transmitido por testigos directos, por lo que no cabe duda de su fidelidad como documento histórico.
- El testimonio de la muerte y resurrección de Jesús registrado en ella es fidedigno y demuestra más allá de toda duda que tal evento ocurrió tal como es relatado en los evangelios.
Los relatos de la resurrección: ¿Galilea o Jerusalén?
La base del cristianismo es la resurrección de Jesús. La única evidencia disponible del evento son los escritos del nuevo testamento, escritos por testigos o a partir de testimonios de testigos. Por lo tanto, una contradicción irresoluble en los relatos de la resurrección demostraría que esos testigos o los escritores de los evangelios mintieron o bien inventaron los relatos, y eso destruiría la veracidad en un Cristo resucitado y la afirmación de que la Biblia es un libro inerrante y divinamente inspirado, a menos que se refute la contradicción. Por ese motivo Pablo escribió:
"Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan." (1 Corintios 15:13-15, énfasis añadidos)
Evidencia 1: El relato de Marcos-Mateo
El escenario es la noche de la última cena: Jesús anuncia su futura muerte y resurrección, y que los apóstoles lo abandonarán. Cuando anuncia la negación de Pedro, Jesús también indica:
"Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea" (Mateo 26:32; idéntica redacción en Marcos 14:28).
"Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: no temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, os lo he dicho" (Mateo 28:5-7; énfasis añadidos)
"Y cuando [las mujeres] entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca, y se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo" (Marcos 16:5-8; énfasis añadidos).
"Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea y allí me verán" (Mateo 28:8-10; énfasis añadidos).
"los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron, pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les dijo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. [...]" (Mateo 28:16-18).
Evidencia 2: El relato de Lucas/Juan
El evangelio de Lucas y Juan nada mencionan respecto a un anuncio de ir a Galilea para ver a Jesús resucitado, ni de boca de Jesús ni de ángeles.
"¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro, dieron las nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás" (Lucas 24:5-9; énfasis añadidos).
“Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.” (Juan 20:11-18, énfasis añadidos)
"Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les dijo: ¿Por que estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies" (Lucas 24:36-40; énfasis añadidos).
“Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.” (Juan 20:19-21; énfasis añadidos)
"Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.” (Lucas 24:44-49; énfasis añadidos).
“En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.” (Hechos 1:1-4; énfasis añadidos).
¿Mateo/Marcos o Lucas/Juan? ¿Todas las anteriores, o ninguna de las anteriores?
Si el lector ha seguido atentamente hasta este punto ya debería ver la magnitud del problema en cuestión. Un vistazo superficial muestra que hay una contradicción entre los evangelios de Mateo y Marcos, donde Jesús ordena a los discípulos viajen a Galilea para verle a él resucitado, en contra los evangelios de Lucas y Juan, donde Jesús nunca ordena un viaje a Galilea, pero en cambio se les aparece directamente en Jerusalén el mismo domingo de resurrección, y además en el evangelio de Lucas Jesús les ordena explícitamente que no se vayan de ahí.
- Mateo/Marcos son ciertos y Lucas/Juan son falsos.
- Lucas/Juan son ciertos, Mateo/Marcos son falsos.
- Ambos Mateo/Marcos y Lucas/Juan son correctos.
- Todos ellos son falsos.
Escenario 1: Mateo/Marcos son ciertos, Lucas/Juan son falsos.
Si los relatos de Marcos/Mateo son completamente ciertos e inerrantes significa que Jesús sí afirmó que se adelantaría a los discípulos a Galilea cuando resucitara, y que ellos sí debían ir a verlo allá. Ya que Jesús es el hijo de Dios él no podía mentir, ya que Dios no miente (1 Samuel 15:29) y todo lo que dice Jesús viene de Dios (Juan 14:10). Por ello lo que Jesús dijo se tenía que cumplir y por lo tanto Jesús no podía aparecer ante sus discípulos en ningún otro lugar sino en Galilea.
Escenario 2: Lucas/Juan son ciertos, Mateo/Marcos son falsos
Si los relatos de Lucas y Juan son completamente ciertos e inerrantes, entonces Jesús de verdad apareció a sus discípulos la noche del domingo de resurrección en Jerusalén y les pidió que se quedaran ahí para preparar el proceso que llevó a Pentecostés.
Escenario 3: Todos los evangelios son correctos
Si todos los relatos de los evangelios son correctos e inerrantes, entonces serían una prueba de que Jesús efectivamente resucitó, y las apariciones ocurrieron en los lugares y momentos descritos en cada evangelio.
Escenario 4: Todos los evangelios son falsos
Si los relatos de Mateo/Lucas y Lucas/Juan son falsos, entonces la Biblia no es inerrante, y los relatos de los testigos que demuestran que Jesús habría resucitado también son falsos, por lo que el cristianismo no tiene razón de ser y debiera ser descartado como una religión válida.
DESAFÍO: ¿Puede Ud. solucionar este problema?
Ninguno de los escenarios posibles, al ser analizados junto con sus consecuencias, logra mantener a la Biblia como un libro inerrante, y si lo fuera (escenario 3), Jesús es un mentiroso, y por lo tanto un agente de Satanás.
- Coloquen palabras en la boca de Jesús que él no dijo o no pudo decir?
- Describan apariciones de Jesús resucitado que no pudieron ocurrir?
- Conviertan a Jesús en un mentiroso por decir cosas que no fueron ciertas?
Epílogo: Un ejemplo de respuesta que no soluciona el desafío
Cómo este problema es conocido, en la red hay intentos para resolverlo, pero son insatisfactorios. Un ejemplo es el artículo “¿A Galilea o Jerusalén?” de Eric Lyons (Apologetic Press). La respuesta que se da es:
“Jesús se reunió con Sus discípulos en ambos lugares, pero lo hizo en tiempos diferentes [...] Ninguno de los relatos de las apariciones post-resurrección de Jesús se contradicen. En cambio, cada escritor suplementó lo que otro escritor dejó sin registrar.”
“Todavía, alguien puede preguntar, “¿Por qué Jesús mandó a Sus discípulos a quedarse ‘en la ciudad de Jerusalén” en el día de Su resurrección hasta que fueran “investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49), si realmente quería que ellos se reunieran con Él en Galilea?”. Realmente, es una suposición declarar que Jesús hizo el enunciado anterior el mismo día que se levantó de la tumba. [...] Según Lucas 24 versículos 1,13,21,29 y 33, los eventos que se registran en los primeros 43 versículos de ese capítulo sucedieron el mismo día de la resurrección de Jesús. No obstante, los últimos cuatro versículos de Lucas 24 (vss. 50-53), sucedieron (según Lucas) más de cinco semanas después (cf. Hechos 1:1-12). Pero ¿qué acerca de los versículos 44-49? ¿Cuándo se realizaron estos enunciados? Lo cierto es que nadie sabe exactamente. Lucas no da ninguna indicación (como lo hizo en los versículos anteriores) que esta sección particular se realizó el “primer día de la semana” (24:1) o “el tercer día” desde la crucifixión de Jesús (24:21). Todo lo que sabemos es que los versículos 44-49 tienen su lugar antes de la ascensión al cielo (vss. 50-51). El hecho que Lucas usara la partícula conjuntiva de(traducida “y”) para comenzar el versículo 44, no significa que esto necesariamente denote una conexión cercana entre los dos versículos, sino solamente una continuación general del relato y un enunciado breve de lo que Jesús dijo. Aunque muchos lectores del siglo XXI suponen que los eventos que Lucas 24:44-49 registra ocurrieron el mismo día que Jesús se levantó de la tumba, el texto realmente no dice nada acerca de esto.”
“Jesús se les aparece por quinta vez [...] se presenta de pie en medio de ellos y les dice: “Tengan paz”. [...] Para ayudarles a captar el hecho de que en realidad es Jesús, él les pregunta “¿Tienen ahí algo de comer?”. Después de aceptar un pedazo de pescado asado y comérselo, él dice: “Estas son mis palabras que les hablé mientras todavía estaba con ustedes [antes de mi muerte], que todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los profetas y los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse”. Mientras sigue hablando - lo que en realidad equivale a tener un estudio bíblico con ellos- Jesús les enseña “De esta manera está escrito que el Cristo sufriría y se levantaría de entre los muertos al tercer día, y sobre la base de su nombre se predicaría arrepentimiento desde Jerusalén, ustedes han de ser testigos de estas cosas”. Por alguna razón Tomás no está presente en esta reunión tan importante el domingo por la tarde. Por lo tanto, durante los días siguientes [...]” (El Hombre Más Grande de Todos los Tiempos, capítulo 129).
ACTUALIZACIONES:
- 2016: el desafío en cuestion tiene casi 240 años, y fue originalmente enunciado por Samuel Hermann Reimarus como su contradicción #8 del quinto "fragmento" publicado por Leissing en 1777. Puede leer más de esto en el post "La resurrección de Jesús: el desafío imposible de superar".
- 2016: la contradicción es enumerada en listas en la web "101 contradicciones bíblicas", y respondidas en diversos sitios. En particular un sitio de Apologética Católica cita la obra de Haley-Escuain como respuesta. Puede leer la calidad de su respuesta en el post: "Haley-Escuain y el naufragio de las aparentes «aparentes contradicciones»".