miércoles, mayo 28, 2014

Divagaciones respecto de la amistad

Hoy en un intercambio de correo privado, saltó el tema de los amigos y la amistad. Alguien lo definió como una "relación afectiva" entre personas. A esa definión, me nació divagar algunas ideas, que creo que vale la pena difundir en forma un poco más amplia... egocéntricamente citándome a mí mismo:

"[...] estoy de acuerdo que [la amistad] se trata de una relación afectiva, pero tomo afectivo como de afecto = emociones.
Y eso implica que para mí un amigo es alguien por el cual sé que tenemos una relación personal donde hay más que circunstancias, sino que hay emociones positivas y preocupación por el otró más allá de lo circunstancial. Por ejemplo, alguien con quien pasas tiempo o dedicas tiempo para compartir más allá de las circunstancias como que te toca compartir actividades con él/ella "por accidente".
Por ejemplo, te puedes juntar todos los días con tus colegas a almorzar, y pasar un buen rato con ellos (de hecho, ¡pasamos más horas con ellos que con nuestra familia!), pero llegado el momento, si cada uno hace hace "calabaza-calabaza", no consideraría tal relación de una verdadera y profunda amistad; es más, te cambias de trabajo y probablemente nunca más sepas de ellos y viceversa; en cambio, un "colega" con el cual te juntas los fines de semana para lo que sea con alguna frecuencia (desde ver un partido de futbol a compartir un asado), que invitas a tu casa o te invita a la suya para compartir, que te llama para saber como estás si faltas al trabajo, que se preocupa de tí y tu familia más allá de lo "laboral" si algo te pasa, y que está dispuesto a ayudarte aún sin que se lo pidas si es que estás en problemas (y viceversa), con esa persona tendría esa carga "emocional" o afectiva para poder considerarlo un "amigo".
De lo contrario, podemos conocer mucha gente con las que tenemos una relación afable, amistosa y no tengo nada contra ello, pero no sé si se pueda realmente considerarlos amigos en todo el sentido de la palabra.
Y no es que esas personas que conocemos sean malas personas o no merezcan ser nuestros amigos, pero considero que tal vez simplemente ninguna de las dos partes han (o hemos) dedicado tiempo para cultivar una relación personal más allá de las circunstancias como para realmente forjar una amistad más profunda y duradera."
Sigh. ¡Qué complicado es ser adulto, lleno de responsabilidades, con poco tiempo para todo, y espacios libres para nada! Incluyendo para poder cultivar una amistad con viejos y nuevos amigos. No sé si este será un mal de la modernidad, o en realidad todos nuestros ancestros, llegada la adultes, sufrieron este problema...

Así que, si algún amigo mío lee esto, mis más sinceras disculpas por estar tan atrapado en la vida diaria como para poder seguir forjando la amistad que quisiera con muchos de Uds. Pero si hay una oportunidad, espero que la aprovechemos :D.

1 comentario:

Daniel dijo...

Yo no sé si seremos amigos, pero me gusta escribirte y leerte. un abrazo desde Valdivia. Por acá, donde la vida es más lenta, pasa igual.. tiendo a pensar que los amigos unos los tiene de joven, y luego cada vez se hace más difícil.