Artículo publicado originalmente en el blog de AECH
DailyMail.com.uk
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La radiestesia o rabdomancia es una vieja técnica que “permite” a sus practicantes (denominados “zahories”, radiestesistas o rabdomantes) descubrir cosas ocultas a través de la percepción de estímulos de todo tipo, con la ayuda de artefactos sencillos que se encuentran suspendidos de forma inestable. Los instrumentos pueden ser varillas en L, horquillas, péndulos, varillas, etc. En cada caso, sus practicantes dicen percibir la presencia (o ausencia) de un determinado material, y esta percepción es de alguna forma “amplificada” por el instrumento, el cual confirma la percepción cambiando su tipo de movimiento o reaccionando de forma diferente de acuerdo a la presencia (o ausencia) del objeto buscado.
Un uso habitual de la radiestesia es la búsqueda y detección de aguas subterráneas, pozos y similares, vetas de mineral y metales, etc.
Pero sus “facultades” van más allá de la simple detección de sustancias. Según la página oficial de la “Sociedad de Radiestesia de Chile A. G.”, sus practicantes oficiales dicen ser capaces además de utilizar esta técnica para lograr cosas como: “determinar el hábitat óptimo”, ubicación óptima de “lugares de trabajo, de estudio, de panales de abeja, caseta de perros, caballerizas e invernaderos”, “Diagnóstico y detección de pautas mentales, emocionales o energías negativas que puedan estar causando problemas de salud, afectivas [...]”...