domingo, marzo 27, 2011
Ray Comfort en The Atheist Experience Show
Religulous
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Parte 1
http://www.youtube.com/watch?v=_Q1HOWDipjY
jueves, marzo 24, 2011
Manténganse en línea, ya volvemos
- Qué es el ateísmo, y cuáles tipo de ateísmo existen.
- ¿Es vulgar el ateísmo?
- Un análisis del argumento ontológico para la existencia de Dios
sábado, marzo 19, 2011
Lógica, argumentos y verdad
Mi pasatiempo más reciente, además de leer, ha sido la verdad, su búsqueda y las técnicas para lograrlo.
Todo partió porque me di cuenta de que estamos rodeados de información, pero especialmente de desinformación. Estamos rodeados de noticiarios, de políticos, de marketing, de distintas creencias de todo tipo... ¿Cómo saber cuáles cosas son verdad y cuáles no?
Muchas veces se confía en la fuente: si alguien en quien confiamos lo dice ¡Debe ser cierto! Pero hasta las fuentes más confiables se pueden equivocar, y todos en algún momento u otro hemos caído el alguna mentira... ¿A quién o a que entonces recurrir?
La revelación vino cuando descubrí las herramientas del pensamiento crítico [1]. Y el pensamiento crítico utiliza las herramientas de la lógica. El ahondar en ello ha ido cambiando mi forma de ver las cosas.
Buscando argumentos sólidos
Cuando leemos o escuchamos algo, no todo cae en el terreno de la lógica. Por ejemplo la siguiente frase:
El auto
...no tiene un valor de verdad asociado, no puede ser ni falso ni verdadero, por lo tanto, no cae bajo el alero de la lógica.
Sin embargo, si agregamos un verbo a esa frase y decimos:
El auto es rojo
...ahora esa oración puede ser cierta o bien falsa: el auto puede ser rojo (la oración es verdadera), o puede ser de otro color diferente del rojo (entonces es falsa).
Cuando una oración o frase puede tener un valor de verdad pasa a ser una “proposición lógica” [2].
Saber si una proposición lógica es verdadera o falsa puede ser simple o extremadamente difícil, incluso imposible, pero sea como sea tiene que tener uno y solo uno de esos dos valores.
¿Entonces cómo se puede saber si una proposición es verdadera? Para ello es necesario recurrir a evidencias y pruebas directas. Pero si esas evidencias y pruebas directas no están disponibles (o no son obvias), entonces hay que recurrir a otras proposiciones que sean conocidas y demostradas verdaderas.
Si un conjunto de proposiciones lógicas apoyan y llevan a que nuestra proposición sea verdadera, entonces constituyen un argumento. Las proposiciones de apoyo son las premisas y lo que queremos demostrar cierto es la conclusión del argumento.
Si la verdad de las premisas permite afirmar la verdad de la conclusión, entonces se dice que es un argumento válido [3].
Por ejemplo, si yo afirmo que: “El cielo está nublado”, tal proposición puede ser cierta o falsa. Pero si hago el siguiente argumento:
“Si está lloviendo afuera” (premisa) “entonces el cielo está nublado” (conclusión).
Ese un argumento válido, pues si la premisa es verdadera se sigue que la conclusión también es verdadera, y no puede ser de otra forma (no puede estar lloviendo sin nubes).
Luego si afirmo:
“En este instante veo por la ventana que afuera está lloviendo” (la premisa es verdadera), “por lo tanto, está nublado” (la conclusión es verdadera).
Si se tiene que el argumento es lógicamente válido pero además todas sus premisas son verdaderas, entonces se dice que el argumento es sólido [4].
Para que el argumento sea sólido el valor de verdad de las premisas debe ser comprobadamente verdadero, no sólo debe suponérselo o afirmárselo. Si afirmo que “está lloviendo” pero no ofrezco ninguna prueba de que así sea, quien me escucha no puede saber si la conclusión del argumento (“el cielo está nublado”) es verdadera o falsa.
Quien acepte una conclusión como verdad sin saber si las premisas son verdaderas sólo puede hacerlo porque cree, pero eso no es una forma racional de llegar a la verdad.
Lo importante aquí es que sí alguien plantea un argumento completamente válido, pero no prueba ni ofrece evidencias de que las premisas en las que se apoya son verdaderas, entonces el argumento no es sólido, y a priori nadie debería tomar su conclusión como verdadera sólo porque sí.
De todo lo anterior se puede entender otra cosa: cómo saber si un argumento es bueno y creíble. Hay varios mecanísmos:
- Prueba directa: si yo defiendo que “los pájaros dodos se extinguieron”, no importa cuán válido sea mi argumento, cuan verdaderas sean mis premisas, ni cuan buena mi evidencia, si ocurre que alguien se presenta y muestra un pájaro dodo vivo. Jaque mate.
- Demostrar la invalidez del argumento: no importa que todas las premisas sean probadas verdaderas, si de la verdad de tales premisas no se puede llegar necesariamente a la conclusión, entonces no se puede dar por sentado que la conclusión es demostradamente verdadera. Un argumento como “está nublado, por lo tanto está lloviendo” sería un argumento inválido, pues puede estar nublado sin llover, así que aunque sea comprobadamente cierto que está nublado, no podemos saber a partir de esa premisa si necesariamente está lloviendo.
- Refutar las premisas: si el argumento es válido, necesitamos que todas las premisas sean verdaderas para demostrar la verdad de la conclusión. Pero si alguien refuta una premisa presentando evidencia que la demuestra falsa, todo el argumento se cae, y ya no se puede asumir que la conclusión sea verdadera.
¿Por qué todo lo anterior es importante? Porque en el día a día escuchamos muchas cosas, muchas afirmaciones y muchas “verdades”, pero gran parte del tiempo caen en alguno de estos problemas:
- Sólo enuncian la conclusión: quien afirma sólo afirma, pero sin dar ningún fundamento que apoye su conclusión. Afirmaciones como “Dios existe” cae en esa categoría: puede ser cierto, puede ser falso, pero no podemos saber cuál es la respuesta correcta de tal afirmación. De hecho ni siquiera es un argumento, pues tal oración no tiene ninguna premisa (o argumento) que lo apoye.
- Ofrecen un argumento válido, pero no demuestran sus premisas: quien afirma ofrece un “porque” válido, pero si la premisa tiene sustento, no se puede dar por sentado que quien escucha acepte de antemano la conclusión como cierta. Afirmaciones como “Dios existe porque la Biblia, que es la palabra de Dios, así lo dice” caen en esta categoría. Si la Biblia realmente es la palabra de Dios, entonces efectivamente Dios debería existir. Pero en ese argumento no se ofrecen ninguna prueba de que la Biblia realmente es la palabra de Dios. Sin más pruebas que la afirmación misma, aceptar eso como verdad no es razonable. Ni para la Biblia, ni para el Corán, ni para los vedas.
- Ofrecen argumentos inválidos o caen en falacias: a veces las afirmaciones que se hacen sencillamente no son lógicas, aunque lo parezcan. Por ejemplo, alguien afirma que “el fósil encontrado apoya la teoría X debido a las razones P y Q”, pero un detractor en vez de refutar la validez del argumento o de refutar la validez de las premisas P y Q, en realidad desacredita al autor de la afirmación: “ese investigador tiene una vida personal cuestionable, y tiene problemas financieros; alguien así no es alguien creíble, y por lo tanto su argumento de los fósiles debe ser ignorado”. Ese tipo de argumentos se llaman falacias lógicas [5], y en el caso del ejemplo se trata de un argumento Ad Hominen, o dirigido al hombre [6]: el contrincante desacredita a quien hace el argumento, no a validez ni a la solidez del argumento.
¿Es todo lo anterior sólo teoría? Lamentablemente no. En mi búsqueda por la verdad, he encontrado muchas afirmaciones, y muchas “pruebas”, que al investigarlas caen en los problemas anteriores. Al no tener fundamentos sólidos, lo que yo antes consideraba cierto ahora debo honestamente rechazarlo.
Y es el problema que encontré al profundizar en la religión y espiritualidad.
Referencias:
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento_critico
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Proposicion
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Validez_(logica)
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Solidez
jueves, marzo 10, 2011
¿El Hombre Primitivo?
Hace algunos meses discutía con una prima acerca de la validez de la evolución. Ella me dijo que sabía de muchas pruebas científicas que invalidaban a la evolución, por lo que no había que tomar en serio a Darwin.
“¿Pruebas científicas en contra de la evolución? ¡Eso hay que verlo!” pensé yo.
Le pregunté cuales eran tales pruebas, y ella me explicó que tenía un comic que las explicaba claramente. Al final me prestó la revista para que yo pudiera revisarla y le diera mi opinión.
Cuando la revista llegó a mis manos descubrí que se trataba de un comic cristiano apologético de Chick Publications titulado “¿El Hombre Primitivo?”. Efectivamente, se presentaban múltiples pruebas, con citas a artículos y publicaciones científicas, llegando a la conclusión que la evolución es una mentira y un lavado de cerebro…
Pero ¿Eran tales citas correctas? ¿La ciencia ha demostrado que la evolución es falsa?
El tema me pareció tan interesante, eran tantas las pruebas y tanto el tiempo requerido para analizar las pruebas una por una, que al final preferí poner por escrito lo que encontré.
Meses después de haber compartido lo que escribí únicamente con mi prima, me puse a pensar que todo ese trabajo se estaba desperdiciando en mi disco duro.
Al documento le faltaba bastante para ser presentado “al público”, así que después de varias semanas de revisiones, correcciones, mejoras en la redacción, y un largo etcétera, tengo una versión que quiero compartir con la humanidad, o con la pequeña fracción de ella que logre dar con mi blog. No aseguro que esté perfecto, pero creo que el documento está más que razonablemente decente.
El documento está en formato PDF, y puede ser leído (y descargado) desde Google Docs y Scribd.
El trabajo lo publico bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-SA 3.0).
Leer el documento:
'"El Hombre Primitivo?" Un desafío a la ciencia y a la teoría de la evolución' en Google Docs (también disponible para descarga).
Leer el documento:
'"El Hombre Primitivo?" Un desafío a la ciencia y a la teoría de la evolución' en Scribd (también disponible para descarga).