Así que tenemos un nuevo año 2010 virgen y extenso delante de nosotros. Las posibilidades están abiertas. Y los medios de comunicación se han encargado de publicar sus predicciones respecto del 2010, para tranquilidad de sus lectores previsores.
Algunas de esas predicciones son generadas por especialistas o analistas de algún tema (político, económico, deportivo, tecnológico), que por supuesto no tienen porque darse exactamente como fueron predichas, pero al menos dado que son personas dedicadas al tema, la probabilidad de que la cosa vaya por ese camino es alta. En estricto rigor, se trata más de proyecciones que predicciones.
Sin embargo, también están las predicciones y vaticionios de psíquicos y astrologos, usando cartas o cualquier otro medio adivinatorio paranormal. Algunos medios también difunden esas predicciones como una verdad revelada.
Y una pregunta que me asalta es... ¿Tienen las predicciones psiquicas/astrológicas alguna validez?
Una cosa que la ciencia tiene de bueno es que en sus principios de funcionamiento es crear hipótesis, diseñar y realizar un experimento, y luego comparar el resultado contra la hipótesis inicial; En el caso de las predicciones, el experimento es simple: hay que esperar hasta el fin del año, y luego comparar la realidad de lo que ocurrió, contra lo predicho a fines del año anterior por los expertos paranormales.
Y eso es algo que en general no aparece en los medios. Nunca he visto a nadie hacerlo y publicar los resultados...
Ahora, en el mundo ocurren muchas cosas, así que de predecir algún evento, hay toneladas de ellos a los que uno podría acertarle. En partícular los eventos de tipo desastre son de especial reelevancia, y que pueden tener un alcance mundial. Ese tipo de predicción sí es expectacular.
Pero predecir desastres naturales que tarde o temprano van a ocurrir, como un tsunami, terremoto o huracán no tiene demasiada gracia... siempre existe la probabidad de que ocurra. Alguien año a año puede predicir que un 'sismo de gran envergadura' se producirá en alguna parte de Chile, y más temprano que tarde 'acertará' esa predicción.
Pero, hay eventos del todo inesperados, desastrosos, expectaculares y con alcance mundial... que si un adivino psíquico o astrológico vaticina correctamente sería una demostración de sus poderes y la realidad del fenómeno.
Y existe un evento reciente de ese tipo: el ataque a las torres gemelas en USA el 1 de septiembre de 2001: El ataque a las torres gemelas fue impresionante, inesperado, de alcance mundial por sus consecuencias, cambio al munto en un día y fue conocído y visto incluso 'en vivo' a nivel mundial.
Y uno podría comprobar: ¿Cuántos psíquicos y astrólogos en el mundo a finales de 2000 predijeron que Estados Unidos (o una gran potencia) sufriría un ataque terrorista inesperado con miles de muertes, que cambiaría el mundo durante 2001?
La respuesta es corta y simple: ninguno, cero, nadie.
Esta es la conclusión a la que llegaron en el sitio JREF (en inglés, traducción es mía):
"Los eventos [del 9/11] jamás fueron predichos en forma alguna por cualquiera de los auto proclamados psíquicos o futurólogos. Aunque algunos han declarado que algunas palabras vagas de Nostradamus o alguna frase críptica contienen pistas, el hecho es que nadie, ningún psíquico amateur o profesional dió ninguna indicación de que podría haber un gran ataque terrorista en New York o Washington City en septiembre de 2001. Ninguno dijo que el año 2001 podría ver un avión comercial ser transformado en un arma para derribar rascacielos. Ninguno manifestó que el World Trade Center sería destruido. Nada como eso fue confirmado.Encuentro esto increíblemente significativo porque es un evento el cual sería casi imposible de no ver, incluso si uno sólamente recibe la más frugal y difusa información del futuro."
Así que, la verdad, definitivamente no vale la pena preocuparse por predicciones.
Feliz 2010, y que cada uno escriba las páginas de su vida sin preocuparse de supercherías o predicciones de 2010, pues aunque el futuro esté escrito, claramente nadie lo puede de verdad predecir.